CALABAZA
CALABAZA... ¡CADA QUIEN PARA SU CASA!...
Así terminaban los juegos infantiles, en la
época de mi niñez, hace unos cuantos años.
Eso significaba que iban a ser las ocho de la noche y debíamos estar en
casa pues de lo contrario estábamos en tremendo lío. No se veía mucha
televisión, por supuesto que no había celulares, internet ni juegos de
computadoras. Entre trompos, yoyos,
perinolas y metras (canicas) transcurría el tiempo después de salir de la
escuela (una vez hechas las tareas) y la hora de la famosa invocación que
significaba el fin de la fantasía pero que contenía la ilusión de volver al día
siguiente. Aunque la mayoría de los
niños no teníamos ni idea de donde salía aquello de la calabaza pues la mayoría
de nosotros como latinos no creció con la noche de brujas o halloween, ni
conocíamos la fábula de la cenicienta, donde el fruto en cuestión se convierte
en carroza hasta la media noche, la historia de este fruto noble se remonta
miles de años donde culturas como la azteca donde le llamaban ayotli (ayote) y en el Perú por la cultura mochica, utilizaban abundantemente este delicioso manjar. De allí fue llevada a Europa, donde al principio fue utilizada como alimento para
animales. Este impresionante fruto
pertenece a la familia de las cucurbitáceas por lo que es familia del pepino,
el melón, la sandía y el calabacín entre otros. El zapallo (cucurbita maxima) Es una
especie rastrera de fácil cultivo, conocida además de calabaza como auyama, ayote o uyama. Posee una corteza dura que hace que se
mantenga en buenas condiciones por varios meses después de ser cosechada. Su interior es carnoso y dulce de un intenso
color naranja que indica que es fuente importante de beta carotenos, pero
además es rica en vitaminas y minerales, de fácil digestión por su alto
contenido de fibra y 100 gramos solo contienen 28 calorías. En la cocina ofrece
infinidad de posibilidades pues se presta tanto para preparaciones dulces como
saladas, espectacular en sopas, postres ensaladas y purés. También sus semillas
tostadas se han popularizado como snack. Es sumamente económica y se consigue
durante casi todo el año. De ahora en
adelante, cuando vean un zapallo en el súper, coqueteen con él, llévenlo a casa
y dejen volar su imaginación. Se
sorprenderán de todo lo que pueden hacer.