jueves, 25 de junio de 2009

CONTIGO PAN Y CEBOLLA...



CONTIGO PAN Y CEBOLLA...
...¡Eres tan buena que me haces llorar!... dicen que esta melosa frase tiene su origen en el antiguo Egipto donde la gente muy pobre se alimentaba de pan y cebolla, por extensión se refiere a una promesa romántica (y muy cursi por cierto) que se hacían los enamorados de permanecer juntos más allá de las circunstancias económicas. Claro que seguramente para ese entonces no existían tantos bancos y financieras como aquí en Panamá que ¿solucionan? momentáneamente el problema económico haciendo que al final no sea una cebolla lo que precisamente los haga llorar. Pero dejando a un lado este melodramático comienzo; no creo que exista en el mundo un vegetal que se las traiga tanto como nuestra invitada de hoy, la espectacular Cebolla (Allium cepa), la reina de los vegetales.
Originaria del Asia central, familia cercana (aliáceas) del ajo, el puerro y el cebollino, hay crónicas que relatan su consumo en la antigua Persia, la India y Egipto, tanto así, que aparece dibujada en las tumbas de algunos faraones. A través de la historia su uso se ha traspasado de imperio a imperio hasta aterrizar en América (dicen que llegó en el Mayflower). Aunque es el ingrediente por excelencia de casi todas las gastronomías del mundo (no puedo siquiera imaginarme cocinando sin ella), tiene cientos de aplicaciones comprobadas en la medicina natural en tratamientos que van desde el estreñimiento, la calvicie, el resfriado común, como diurético, anticancerígeno, la osteoporosis, el acné y una larga lista que no deja de incluir sus propiedades afrodisíacas. Esto es así porque cada cebolla es un pequeño laboratorio de química en potencia por la cantidad de elementos beneficiosos que contiene, entre los que están minerales como el potasio, calcio, hierro, fósforo, magnesio, sodio, azufre; aminoácidos como el ácido glutamínico, glicina, lisina; vitaminas C, E, B, ácido fólico; glúcidos el forma de glucosa y fructosa; está formado en un 89% de agua y 100 gramos sólo aportan 43 calorías. Es bueno aclarar que todas estas bondades se potencian cuando se consume cruda. Como dato curioso, lo que nos hace llorar es el propanotial, un elemento producto de la reacción de una enzima llamada alinasa con el trans-(+)-S-(1-propenil)-L-cisteina sulfóxido (¡guao!). Este propanotial al contacto con el agua se descompone en ácido sulfhídrico y acido sulfúrico, que es muy fuerte y es el que ataca la membrana conjuntiva produciendo lagrimeo (ver www.uv.es).
Algo tan espectacular como la cebolla tiene obligatoriamente que tener muchas variedades que abarcan formas, tamaños y colores, todas utilizadas ampliamente en las cocinas del mundo para beneplácito de los que comemos para vivir y vivimos para comer.
Les ofrezco, entonces, algunas de mis recetas favoritas con cebolla para que preparen y disfruten.

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