sábado, 18 de julio de 2009

LOS POLLITOS DICEN...


LOS POLLITOS DICEN...
Considerado como la carne universal, no solo por su valor nutricional sino porque además es versátil, económico y muy sabroso; es uno de los alimentos más consumidos a nivel mundial. Se cree que el pollo (Gallus gallus) es originario del sudeste de Asia, siendo domesticado en China hace aproximadamente cuatro mil años. Su importancia para el consumo humano se pasea a través de la historia de la mayoría de las civilizaciones conocidas, entre otras cosas porque su producción es relativamente fácil y muy eficiente en términos de cantidad de alimento y tiempo de desarrollo si se compara con otros animales, tanto así, que cada año se producen alrededor de treinta millones de toneladas de carne y seiscientos mil millones de huevos alrededor del mundo. Contrario a lo que se cree, su aporte de proteínas es muy similar al de la carne de res, también su contenido en vitaminas y minerales, pero 100 gramos de carne de pollo sin piel solo contienen 112 calorías, 2,8 gr. de grasa y 96 mg. de colesterol, por lo que entonces es en la piel donde se concentra la mayor cantidad de grasa. A la hora de cocinarlo es cuando realmente se aprecian las maravillas de este manjar, pues se presta para casi todo tipo de preparaciones, desde sopas, ensaladas, asado, frito, a la barbacoa, en fin, el límite se pierde en la imaginación. Para su compra se debe tener en cuenta que la carne esté firme, que la piel no sea pegajosa y que no tenga ningún olor fuerte. Se puede adquirir entero o en presas y de esto depende su costo pero en general suele ser la carne más económica. Con la manipulación, sin embargo, hay que tener especial cuidado pues puede contener salmonela, una bacteria que afecta el sistema digestivo produciendo fiebre, dolor abdominal y diarrea; es altamente recomendable entonces, tomar precauciones al manipular el pollo, como no almacenarlo junto con otros alimentos, usar una tabla de picar solamente para el pollo para evitar la contaminación cruzada y lavarse las manos con abundante agua y jabón después de tocarlo. La buena noticia es que esta bacteria se destruye con el calor por lo que siempre debe consumirse el pollo TOTALMENTE COCIDO, asegurándose que adquiera una temperatura mínima interna de 165º F, o que la carne esté completamente blanca en el interior.
El pollo ha formado parte de nuestra cultura y nos ha acompañado a través de la historia en nuestras celebraciones, con una sopita reconfortante cuando estamos enfermos y hasta regalándonos la primera canción que casi todos nos aprendimos cuando niños...Los pollitos dicen pio, pio, pio cuando tienen hambre, cuando tienen frío...
Disfruten entonces las recetas.

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