lunes, 29 de junio de 2009

¡VERDE QUE TE QUIERO VERDE!



¡VERDE QUE TE QUIERO VERDE!
Quizás pueda parecer una osadía comenzar este escrito como comienza una de las estrofas más famosas de la poesía española, pertenecientes al hermosísimo Romance Sonámbulo de Federico García Lorca (Granada, España 1898-1936). Sí, yo sé que muchos de ustedes se preguntarán de que rayos estoy hablando, y más aún, que relación puede tener una famosa poesía española del siglo pasado con una clase de cocina profesional. Pues déjenme decirles que toda la relación del mundo. Siempre he insistido que la cocina profesional tiene su mayor asidero en la técnica. Es verdad. Pero también es verdad que en la cocina, la técnica sin el arte se convierte en Mac Donald, Kentucky Chicken o TG Friday (no es que esté mal, pero al final ¿de que fue que nos llenamos?). La introducción obedece a que necesitaba algo sublime e inspirador para referirme a un vegetal que no solo es sabroso, versátil y muy accesible, sino que además contiene uno de los valores nutricionales más impresionantes que se haya conocido: el brócoli (Brassica oleracea), también conocido como bróculi o brécol. Pertenece a la familia de las crucíferas y es pariente de la coliflor, el repollo y las coles de Bruselas. Es el antioxidante por excelencia por la gran cantidad de beta carotenos que posee; rico en fibra, vitamina C, E, K; ácido fólico, calcio, hierro, selenio, zinc y 100 gramos solo aportan 39 calorías. Se encuentra disponible todo el año y cocinarlo es muy fácil, pues lo mismo se luce en una deliciosa ensalada, una cremosa sopa o como un sabroso acompañante. Para aprovechar toda esta maravilla, es recomendable consumirlo apenas blanqueado (escaldado*), lo que además de potenciar su sabor, le intensifica su atractivo color. ¿Ven ahora la relación con la poesía?
Por cierto, Federico García Lorca fue uno de los autores más famosos del siglo XX y uno de los más productivos. Vivió apenas 38 años y en ese corto período dejó para la posteridad obras como Bodas de Sangre y La Casa de Bernarda Alba, además de bellísimas poesías como la que atrevidamente utilicé al comienzo. (La cultura nunca esta demás, aunque estoy seguro que ustedes nunca dirían que ¡Confucio inventó la confusión!...). Espero que también disfruten las recetas.

*Blanquear (escaldar): Cocinar en agua hirviendo con sal vegetales por un corto período de tiempo, que luego se colocan en un baño de agua helada para detener la cocción.

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